El Porco Celta es un ejemplo sobresaliente de sostenibilidad. Su crianza se realiza en armonía con la naturaleza y se apoya en prácticas respetuosas con el medio ambiente. Los cerdos se alimentan de forma tradicional, aprovechando recursos locales y minimizando el impacto ecológico.
El Porco Celta personifica la sostenibilidad, la tradición y la identidad de Galicia. Su crianza refleja un compromiso con la tierra y el futuro, mientras que su carne es una deliciosa expresión de la herencia gastronómica gallega.
Cuando eliges productos Celtagal, eliges una conexión con estas raíces profundas y un compromiso con la sostenibilidad que trasciende generaciones. Cada bocado de nuestra carne de Porco Celta es una celebración de la tierra y la cultura gallega, llevando consigo la tradición y el respeto por el medio ambiente que nos rodea.